LAS DIOSAS

hidrogirl (mónica) ha dado el salto a los grandes formatos en su obra. El lienzo es ahora un nuevo soporte, ideal para plasmar otros mundos. El cristal, con su textura y sus reflejos, nos acerca un poco más a un mundo acuático, al caldo primitivo, y nos devuelve unos seres congelados por su propio reflejo.



Diosas desveladas es una ventana abierta al pasado, ideal para redescubrir viejos mitos y viejas diosas que, aunque aparentemente olvidadas, están muy presentes en nuestros días.



Desde tiempos remotos, el hombre ha sentido la necesidad de explorar nuevos mundos, y de explicar todo cuanto le rodea. En el s xxi hemos cambiado religión por ciencia, espiritualidad por racionalismo, pero las diosas que ya existieron pueden resurgir de su olvido para desvelarnos nuevos caminos...



sólo tienes que seguirlas. Despiertan de su letargo para mostrarnos caminos del pasado, mapas internos trazados para redescubrir nuevas vías por explorar...



desde su único ojo (¿el tercero?) te observan. Mantenles la mirada... a lo mejor te quieren decir algo.




ISIS
 
Las Lamentaciones de Isis y Neftis


(…) Isis habla, dice:


¡Salve a ti!, el de On, asciendes por nosotros cada día en el cielo,
No dejamos de ver tus rayos,
Thot, tu guardián, eleva tu ba,
En la barca diurna, en ese tu nombre de 'Luna'.
He venido para contemplar tu belleza en el Ojo de Horus,
En tu nombre de 'Señor del festival del sexto día'.


Junto a ti, tus cortesanos no te abandonarán,
Conquistaste el cielo por tu deseo de majestad,
En ese tu nombre de 'Señor del festival del decimoquinto día'.


Asciendes por nosotros como (en la forma de) Ra cada día,
Brillas por nosotros como Atum,
Dioses y hombres viven de contemplarte.


Cuando te elevas por nosotros iluminas las Dos Tierras,
La tierra se ilumina completamente con tu presencia,
Los dioses y los hombres miran hacia ti,
Ningún mal acontece sobre ellos cuanto tú brillas.


Cuando atraviesas el cielo tus enemigos no están,
Yo soy tu guardián todos los días,
Vienes a nosotros como niño en la Luna y el Sol,
¡No dejamos de contemplarte!


Tu sagrada imagen, Orión, en el cielo,
Amanece y se establece cada día;
Yo soy Sothis, quien le sigue,
¡No me apartaré de él!


La noble imagen surge de ti,
Alimenta a dioses y hombres;
Los reptiles y rebaños viven de ella.


Fluyes de tu caverna para nosotros, justo a tiempo,
Vertiendo agua a tu ba,
Haciendo ofrendas a tu ka,
Para alimentar a dioses y hombres por igual.


¡Salve, mi Señor, no hay ningún otro dios como tú!
El cielo tiene tu ba, la tierra tu forma,
El Más Allá está repleto de tus secretos.
Tu esposa es tu guardiana.
¡Tu hijo Horus gobierna las tierras! (…)






INANNA
 
El descenso de Inanna a los infiernos

DESDE EL GRAN ARRIBA
HASTA EL GRAN ABAJO

Desde el Gran Arriba ella abrió su oído al Gran Abajo.
Desde el Gran Arriba la diosa abrió su oído al Gran Abajo.
Desde el Gran Arriba Inanna abrió su oído al Gran Abajo.

Mi señora abandonó el cielo y la tierra para descender al inframundo.
Inanna abandonó el cielo y la tierra para descender al inframundo.
Ella abandonó su ministerio de sacerdotisa sagrada para descender al inframundo.

En Uruk abandonó su templo para descender al inframundo.
En Badtibira abandonó su templo para descender al inframundo.
En Zabalam abandonó su templo para descender al inframundo. En Adab abandonó su templo para descender al inframundo.
En Nippur abandonó su templo para descender al inframundo.
En Kish abandonó su templo para descender al inframundo.
En Acadia abandonó su templo para descender al inframundo.
Ella reunió los siete me.
Los tomó en sus manos.
Dueña de los me, se preparó:

Colocó sobre su cabeza la shugurra, la corona de las llanuras.
Acomodó sobre su frente los oscuros rizos.
Ató las pequeñas cuentas de lapizlázuli al rededor de su cuello,
Dejó que la doble hilera de cuentas descansara sobre su pecho,
Y envolvió la túnica real alrededor de su cuello.
Untó sus ojos con el ungüento llamado “que venga, que venga”,
Se ató el pectoral llamado “Ven, hombre, ven” sobre su pecho,
Deslizó el aro de oro en su muñeca,
Y llevó en la mano la vara de medir y la línea de lapizlázuli.

Inanna partió hacia el inframundo.
Ninshubur, su fiel sirviente, fue con ella.
Inanna le habló y le dijo:

Ninshubur, mi constante soporte, Mi sukkal que me da sabio consejo,
Guerrera que lucha a mi lado,
Desciendo al kur, al inframundo,
Si no regreso, eleva un lamento por mí en las ruinas.
Haz sonar en mi honor el tambor en los lugares de asamblea.
Rodea las moradas de los dioses.
Lacérate los ojos, la boca, los muslos.
Viste un traje sencillo, como mendigo.
Ve a Nippur, al templo de Enlil.Cuando entres a su recinto sagrado, exclama:
‘O Padre Enlil, no permitas que tu hija
Sea inmolada en el inframundo.
No permitas que tu plata brillante
Se cubra con el polvo del inframundo.No permitas a que tu precioso lapislázuli
El triturador lo quiebre en añicos.
No permitas que tu fragante madera de boj
Sea tajada por el carpintero.
No permitas que la sagrada sacerdotisa del cielo
Sea inmolada en el inframundo.’
Si Enlil no te ayuda,
Ve a Ur, al templo de Nanna.
Llora ante el padre Nanna.
Si Nanna no te ayuda,
Ve a Eridu, al templo de Enki.
Llora ante el Padre Enki.
El Padre Enki, Dios de la Sabiduría, conoce el alimento de la vida,
Conoce el agua de la vida,
Conoce los secretos.






EVA

 
Antiguo Testamento. Génesis.
La tentación y la caída


01 La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yavé Dios había hecho. Dijo a la mujer: «¿Es cierto que Dios les ha dicho: No coman de ninguno de los árboles del jardín?»
02 La mujer respondió a la serpiente: «Podemos comer de los frutos de los árboles del jardín,
03 pero no de ese árbol que está en medio del jardín, pues Dios nos ha dicho: No coman de él ni lo prueban siquiera, porque si lo hacen morirán.»

04 La serpiente dijo a la mujer: «No es cierto que morirán.

05 Es que Dios sabe muy bien que el día en que coman de él, se les abrirán a ustedes los ojos; entonces ustedes serán como dioses y conocerán lo que es bueno y lo que no lo es.»

06 A la mujer le gustó ese árbol que atraía la vista y que era tan excelente para alcanzar el conocimiento. Tomó de su fruto y se lo comió y le dio también a su marido que andaba con ella, quien también lo comió.

07 Entonces se les abrieron los ojos y ambos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Cosieron, pues, unas hojas de higuera, y se hicieron unos taparrabos.

08 Oyeron después la voz de Yavé Dios que se paseaba por el jardín, a la hora de la brisa de la tarde. El hombre y su mujer se escondieron entre los árboles del jardín para que Yavé Dios no los viera.

09 Yavé Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?»

10 Este contestó: «He oído tu voz en el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo; por eso me escondí.» Yavé Dios replicó:

11 «¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol que te prohibí?»

12 El hombre respondió: «La mujer que pusiste a mi lado me dio del árbol y comí.»

13 Yavé dijo a la mujer: «¿Qué has hecho?» La mujer respondió: «La serpiente me engañó y he comido.» La sentencia de Dios.

14 Entonces Yavé Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás tierra por todos los días de tu vida.

15 Haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella te pisará la cabeza mientras tú herirás su talón.»

16 A la mujer le dijo: «Multiplicaré tus sufrimientos en los embarazos y darás a luz a tus hijos con dolor. Siempre te hará falta un hombre, y él te dominará.»

17 Al hombre le dijo: «Por haber escuchado a tu mujer y haber comido del árbol del que Yo te había prohibido comer, maldita sea la tierra por tu causa. Con fatiga sacarás de ella el alimento por todos los días de tu vida.

18 Espinas y cardos te dará, mientras le pides las hortalizas que comes.

19 Con el sudor de tu frente comerás tu pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado. Porque eres polvo y al polvo volverás.»

20 El hombre dio a su mujer el nombre de «Eva», por ser la madre de todo viviente.





ANDRÓMEDA
 
Perseo y Andrómeda


Había encerrado el Hipótada en su eterna cárcel a los vientos e, invitador a los quehaceres, clarísimo en el alto cielo, el Lucero había surgido: con sus alas retomadas ata él por ambas partes sus pies y de su arma arponada se ciñe y el fluente aire, movidos sus talares, hiende. 
Gentes innumerables alrededor y debajo había dejado:de los etíopes los pueblos y los campos cefeos divisa.
Allí, sin ella merecerlo, expiar los castigos de la lengua de su madre a Andrómeda, injusto, había ordenado Amón;
a la cual, una vez que a unos duros arrecifes atados sus brazos la vio el Abantíada –si no porque una leve brisa le había movido los cabellos, y de tibio llanto manaban sus luces, de mármol una obra la habría considerado–, contrae sin él saber unos fuegos y se queda suspendido y, arrebatado por la imagen de la vista hermosura, casi de agitar se olvidó en el aire sus plumas.
Cuando estuvo de pie: “Oh”, dijo, “mujer no digna, de estas cadenas, sino de esas con las que entre sí se unen los deseosos amantes, revélame, que te lo pregunto, el nombre de tu tierra y el tuyo 680 y por qué ataduras llevas.” Primero calla ella y no se atreve a dirigirse a un hombre, una virgen, y con sus manos su modesto rostro habría tapado si no atada hubiera estado;
sus luces, lo que pudo, de lágrimas llenó brotadas.
Al que más veces la instaba, para que delitos suyos confesar no pareciera que ella no quería, el nombre de su tierra y el suyo,y cuánta fuera la arrogancia de la materna hermosura revela, y todavía no recordadas todas las cosas, la onda resonó, y llegando un monstruo por el inmenso ponto se eleva sobre él y ancha superficie bajo su pecho ocupa.
Grita la virgen: su padre lúgubre, y a la vez
su madre está allí, ambos desgraciados, pero más justamente ella,y no consigo auxilio sino, dignos del momento, sus llantos y golpes de pecho llevan y en el cuerpo atado están prendidos, cuando así el huésped dice: “De lágrimas largos tiempos quedar a vosotros podrían; para ayuda prestarle breve la hora es.
A ella yo, si la pidiera, Perseo, de Júpiter nacido y de aquélla a la que encerrada llenó Júpiter con fecundo oro, de la Górgona de cabellos de serpiente, Perseo, el vencedor, y el que sus alas
batiendo osa ir a través de las etéreas auras, sería preferido a todos ciertamente como yerno; añadir a tan grandes dotes también el mérito, favorézcanme sólo los dioses, intento:
que mía sea salvada por mi virtud, con vosotros acuerdo.”Aceptan su ley –pues quién lo dudaría– y suplican
y prometen encima un reino como dote los padres. He aquí que igual que una nave con su antepuesto espolón lanzada
surca las aguas, de los jóvenes por los sudorosos brazos movida:así la fiera, dividiendo las ondas al empuje de su pecho,
tanto distaba de los riscos cuanto una baleárica honda, girado el plomo, puede atravesar de medio cielo,
cuando súbitamente el joven, con sus pies la tierra repelida, arduo hacia las nubes salió: cuando de la superficie en lo alto la sombra del varón avistada fue, en la avistada sombra la fiera se ensaña,y como de Júpiter el ave, cuando en el vacíocampo vio,ofreciendo a Febo sus lívidas espaldas, un reptil,
se apodera de él vuelto, y para que no retuerza su salvaje boca,en sus escamosas cervices clava sus ávidas uñas,
así, en rápido vuelo lanzándose en picado por el vacío,las espaldas de la fiera oprime, y de ella, bramante, en su diestro ijar
el Ináquida su hierro hasta su curvo arpón hundió.
Por su herida grave dañada, ora sublime a las auras se levanta, ora se somete a las aguas, ora al modo de un feroz jabalí
se revuelve, al que el tropel de los perros alrededor sonando aterra.
Él los ávidos mordiscos con sus veloces alas rehúye y por donde acceso le da, ahora sus espaldas, de cóncavas conchas por encima sembradas, ahora de sus lomos las costillas, ahora por donde su tenuísima cola acaba en pez, con su espada en forma de hoz, hiere.
El monstruo, con bermellón sangre mezclados, oleajes de su boca vomita; se mojaron, pesadas por la aspersión, sus plumas,y no en sus embebidos talares más allá Perseo osando confiar, divisó un risco que con lo alto de su vértice
de las quietas aguas emerge: se cubre con el mar movido.
Apoyado en él y de la peña sosteniendo las crestas primeras con su izquierda, tres veces, cuatro veces pasó por sus ijares, una y otra vez buscados, su hierro.
Los litorales el aplauso y el clamor llenaron, y las superiores moradas de los dioses: gozan y a su yerno saludan
y auxilio de su casa y su salvador le confiesan Casíope y Cefeo, el padre; liberada de sus cadenas
avanza la virgen, precio y causa de su trabajo.
Él sus manos vencedoras agua cogiendo lustra, y con la dura arena para no dañar la serpentífera cabeza,
mulle la tierra con hojas y, nacidas bajo la superficie, unas ramas tiende, y les impone de la Forcínide Medusa la cabeza.
La rama reciente, todavía viva, con su bebedora médula fuerza arrebató del portento y al tacto se endureció de él
y percibió un nuevo rigor en sus ramas y fronda.
Mas del piélago las ninfas ese hecho admirable ensayan en muchas ramas, y de que lo mismo acontezca gozan,
y las simientes de aquéllas iteran lanzadas por las ondas:
ahora también en los corales la misma naturaleza permaneció, que dureza obtengan del aire que tocan, y lo que
mimbre en la superficie era, se haga, sobre la superficie, roca.
Para dioses tres él otros tantos fuegos de césped pone; el izquierdo para Mercurio, el diestro para ti, belicosa virgen, el ara de Júpiter la central es; se inmola una vaca a Minerva, al de pies alados un novillo, un toro a ti, supremo de los dioses.
En seguida a Andrómeda, sin dote, y las recompensas de tan gran proeza arrebata: sus teas Himeneo y Amor
delante agitan, de largos aromas se sacian los fuegos y guirnaldas penden de los techos, y por todos lados liras y tibia y cantos, del ánimo alegre felices argumentos, suenan; desatrancadas sus puertas los áureos
atrios todos quedan abiertos, y con bello aparato instruidos los cefenios próceres entran en los convites del rey.
Después de que, acabados los banquetes, con el regalo de un generoso baco expandieron sus ánimos, por el cultivo y el hábito de esos lugares pregunta el Abantíada; al que preguntaba en seguida el único
[narra el Lincida las costumbres y los hábitos de sus hombres];el cual, una vez lo hubo instruido: “Ahora, oh valerosísimo”, dijo,“di, te lo suplico, Perseo, con cuánta virtud y por qué artes arrebataste la cabeza crinada de dragones.”





SEJMET 



es la terrible diosa de las guerras; su nombre significa "la Poderosa; la Fuerza contra la que ninguna otra prevalece", que caracteriza un aspecto de Hathor cuando nos referimos al episodio en que, convertida en leona, defendió a su padre Ra de las conspiraciones humanas. Paradójicamente, se convertirá, con el tiempo, en patrona de los sanadores.
La relación de la diosa madre con las leonas parece comprobado que existe desde el Paleolítico.
"Una vez hubo reinado sobre la tierra Ra, el dios que resplandece, el dios que se formó a sí mismo. Después de que hubiera sido regidor de hombres y dioses por igual, cuando los hombres conspiraron contra él en la época en que Su Majestad -¡vida, combate,salud (a él)!- había madurado. Sus huesos eran de plata, sus miembros de oro, su cabello de genuino lapislázuli. Su Majestad supo de la conspiración que los hombres habían formado contra él y dijo a sus seguidores: "Convocad a mi ojo y a Shu y Tefênet, Qêb y Nut, junto con mis padres y madres que estaban conmigo cuando yo estuve en los abismos, y también al dios Nuu. Él vendrá con sus cortesanos. Traedlos secretamente; los hombres no deberán verlo y sus corazones no huirán. Venid con ellos a palacio y ellos expresarán sus opiniones respetuosamente, y yo podré ir al abismo, al lugar donde he nacido".
"Esos dioses fueron llevados a este dios, y esos dioses se colocaron a su lado, tocando el suelo con sus frentes ante Su Majestad que debía presentar su informe ante su padre, el dios más antiguo, es decir, Nuu, el hacedor de los hombres, el rey de los seres humanos. Ellos dijeron ante Su Majestad: Háblanos que queremos escucharte. Ra dijo a Nuu: "¡Tú el más antiguo dios, del que yo he surgido, y los dioses de una era anterior! Salud, los hombres que han surgido de mi ojo, ellos han conspirado contra mí. Dime que debo hacer contra esto. Yo estoy dudoso. No debería matarlos antes de oír lo que tienes que decir". La Majestad de Nuu dijo: "Ra, hijo mío, dios más grande que el que lo ha creado y más poderoso de los que fueron creados por él, ¡permanece en tu lugar!. Tu temor es grande; delgado ojo tendrán quienes han conspirado contra ti". Ra dijo: "Observa, con el terror en sus corazones han huido hacia las montañas el desierto a causa de lo que han dicho". Ellos dijeron ante Su Majestad: "¡Haz que tu ojo castigue a los que han instigado cosas malignas! ¡No dejes que el ojo esté ante ella para castigarlos!". De modo que fue como Hathor."
"Entonces esta diosa volvió cuando destruyó a los hombres en las montañas. Entonces la Majestad de este dios dijo: "Bienvenida, Hathor, ¿has hecho aquello a que te he enviado?". Esa diosa dijo: " Por la vida que me has dado, he sido poderosa entre los hombres; ha sido un placer para mi corazón". Dijo la Majestad de Ra: "Serás poderosa entre ellos en Herakleópolis por su aniquilación". Este fue el origen de Sekhmet (es decir, La Poderosa) y de la mezcla de bebida, de la noche de tránsito de su sangre, originalmente en Herakleópolis.
" Ra dijo: "Llamad ahora veloces mensajeros, que se deslicen como la sombra de un cuerpo". Tales mensajeros fueron traídos de inmediato. Este dios dijo: "Id a Elefantina y traed muchos frutos de mandrágora". Esas mandrágoras fueron traídas, y Ra indicó al molinero que moraba en Heliópolis que trozara esas mandrágoras mientras las esclavas preparaban el grano para la cerveza. Entonces las mandrágoras fueron puestas en mixtura, y fueron como sangre humana, y siete mil jarras de cerveza fueron llenadas.
"Luego vino la Majestad del Rey del Alto y Bajo Egipto, Ra, con aquellos dioses para ver esa cerveza cuando despuntó la mañana en que los hombres fueron muertos por la diosa en su hora señalada de ir hacia el sur. La Majestad de Ra dijo: "¡ Qué hermoso es esto! Protegeré a los hombres de ella." Ra dijo: "Llevad esto ahora al lugar donde ella dijo que mataría a los hombres".
"Desde ese día Ra se mantuvo de pie en la mejor parte de la noche para hacer que esta cerveza de sueños fuera vertida, y los campos se inundaran cuatro palmos de alto por ese líquido a través del poder de la Majestad de este dios. Cuando esa diosa vino en la mañana, se encontró con que había una inundación. Su rostro se vió maravillosamente reflejado. Bebió el líquido y le gustó y volvió a casa ebria sin reconocer a los hombres. Ra dijo a la diosa: "¡Bienvenida, la que causas placer!".
"Así aparecieron las jóvenes en la Ciudad Placentera. Ra dijo a esa diosa: "¡Haced cerveza de sueños para ella cuando llegue la festividad del Año Nuevo!. Su número estará de acuerdo a la de las esclavas de mi templo". Esto originó la costumbre de hacer cerveza de sueños de acuerdo al número de esclavas en la festividad de Hathor que todos los hombres celebran desde ese día."